sábado, 29 de mayo de 2010

Soy un terrateniente

Hay tantas cosas que contar, y tan pocas ganas de... esto... ejem... tan poco tiempo para hacerlo...

Hoy, sin embargo, he decidido poner al dia el blog, sacando tiempo de donde no lo hay, quitándoselo a mis necesidades más básicas (que me meo, que me meo...), y sólo una razón me impulsa a ello: daros carnaza, a vosotros, los que seguís el blog (todavia no me explico por qué), dilapidando vuestros preciados minutos de vida lectora en chorradas como ésta.

En fin... cada cual es cada quién, e incluso hay quien pasa la vida, mirando cómo otros trabajan en la obra... actividad ésta, por cierto, multiplicada por mil últimamente.

Un vistazo general al huerto

Creo que ya he comentado en alguna ocasión que ahora utilizo macetas cuadradas de 30 x 30 cm., pues me gusta el orden, la estética, y aprovecho mejor el poco espacio de que dispongo. También utilizo alguna que otra jardinera.

He estado reorganizando todo el huerto, instalando un sistema de riego por goteo, poniendo tutores, añadiendo compost, humus, cabreándome con mi hijo cuando arranca una hoja (y media planta) para sus caracoles mascotas...


Tomates, un viejo conocido

En primavera, el huerto es una fiesta contínua. Las tomateras no sólo están en flor, ya tienen los primeros frutos, verdes todavia, pero que anuncian grandes cosechas si las plagas no lo impiden (que sepais que os vigilo). Ayudo a la polinización dando golpecitos a las flores, sin pasarse, y remeneando mi dedito por ellas, cual insecto despreocupado que pulula por mis dominios.

Esta temporada tengo bastantes variedades: mis apreciados y sabrosos Marmande, Ciliegia, Monfavet, de tipo Pera, y de tipo Cherry.

El de tipo Pera procede de semillas de tomates comprados en el supermercado.

La tomatera de tipo Cherry es la que germinó de manera espontánea junto a la juncia (mala hierba) que transplanté del huerto de mi padre. Germinó en invierno, en el balcón, sin protección, luchando contra el frio y la lluvia, y se ha ganado un lugar en el huerto. La naturaleza se abre camino, y eso está pero que muy bien. Ni que decir tiene, que la próxima temporada sus semillas volverán al huerto.

Es curioso el origen de esta tomatera. Por lo visto, vino en el compost que le puse a la maceta. Su semilla ha de venir forzosamente de un tomate comprado en el supermercado. Si vino en una bandeja con otros tomates, o dentro de una bolsa de ensalada, no lo se.





Pepinos

Esta temporada es la primera que planto pepinos. Tengo dos matas, con flores despampanantes, de un intenso color amarillo, y algún que otro pepinillo que no se yo si llegará a pepinazo. En este caso, ayudo a la polinización restregando con un bastoncito de algodón el interior de las flores masculinas (las que no tienen pepinillo), y a continuación, el interior de las femeninas (las del pepinillo, el mundo al revés).




Patatas

Las patateras están en todo su esplendor, y a poco que escarbemos, asoman unas cuantas patatas de buen tamaño. Todas las plantas proceden de peladuras de patatas utilizadas en la cocina. Las pongo en bandejas con sustrato hasta que echan raíces y varias hojas, para transplantarlas posteriormente.





Judias

Es la primera vez que cultivo judias en plan "serio". Tengo varias matas, y ya hay unas cuantas para cosechar. Su flor es blancorosácea, muy bonita y exótica.
Las semillas proceden del supermercado. De color marrón, les llaman "alubia mantequera".





Adiós, coliflores

Ya no quedan coliflores en el huerto. He ido cosechando las cinco, todas de buen tamaño, crujientes en ensalada. Es un placer cosechar, lavar y comer.




Hasta luego, ajos

Los ajos tiernos hace unos meses que ya no están. También fueron recolectados, y del huerto a la mesa. Esta temporada se han dado mejor que la pasada. El sustrato tuvo mucho que ver, pues el anterior parecia hormigón armado (demasiada arcilla). Utilizo dientes de ajo rosa, de consumo, y germinan todos.



Compost

Hace unos meses empecé con el proyecto de hacer mi propio compost.

Evidentemente, no dispongo de mucho espacio, pero lo intenté, a pesar de que algunas personas me decian que no era posible.

Fuí echando los restos vegetales de la cocina y del huerto en una caja de plástico, a la que previamente le hice bastantes agujeros con la taladradora, y de vez en cuando le añadia un poco de sustrato viejo.

Sólo he tenido dos problemas: Uno, la excesiva humedad, puesto que no tenia restos vegetales secos. Por eso echaba de vez en cuando algo de sutrato viejo, que además, ayudaba en el proceso. Dos: las moscas y mosquitos que hicieron de la compostera su casa.

He ido utilizando el compost, con mesura, esta primavera. Y las plantas parece que lo agradecen mucho.

Todavia no estoy seguro de si daré por finalizada la experiencia o continuaré, pues el tema de las moscas y mosquitos no es muy agradable, sobre todo, tratándose de un balcón.






Jardín

También tengo un hueco para un minijardín, con sus geranios, su scheflera, la bouganvilla, el jazmín, el romero, los lirios, los trips... dan luz y color, son un descanso para la vista (y ya de paso, el alma).

Bueno... los trips, no. Estoy pensando en cobrarles alquiler.




El ansiado riego por goteo

Ya he terminado de instalar el riego por goteo. Ha sido una experiencia muy gratificante, pero me ha dado bastantes quebraderos de cabeza.

Intenté utilizar como depósito de agua un cubo de basura de comunidad de tamaño medio, al que añadí un grifo. Después de montarlo todo, vi con estupefacción (y cara de tonto'l'haba) que los goteros estaban más secos que ni neurona. Vamos, que no salia agua.

Va a ser del riego... pensé. Sólo por semejante deducción tendrian que darme el Nobel (lo prefiero al Ducados, aunque ya no fumo).

No habia presión (de agua, por que de la otra, ufff...). Como no queria subir mucho la altura del depósito para que no se viera desde la calle, tuve que recurrir a otro.

Compré un depósito de agua tipo garrafa de 20 litros con grifo incorporado, monté de nuevo, y funcionaba casi a la perfección.

Digo casi, porque goteaba también por donde no debia: en la unión de la boca del grifo con la manguera. Lo intenté solucionar de mil maneras de forma que quedara estético (soy así, oiga), pero al final el sistema que funcionó fue el universal método del esparadrapo pegajoso.

La manguera del depósito va a parar a un programador baratillo (14,95 € si no recuerdo mal), simple, pero que parece funcionar bastante bien (sólo un riego por dia, de una duración de 15 minutos, 30, 45, etc.).

De ahí pasa a otro tramo de manguera de 15 mm, que llega a una cruceta de donde parten 3 microtubos de 4 mm, cada uno con su respectiva llave de paso, que conforman las 3 líneas instaladas de goteros de 3/4 litros/hora.

Huy, que me meo, que me meo... los pimientos, los puerros y las cebollas os las presento otro dia... taluego!!!